Somos expertos cuidadores en adultos mayores con Parkinson
¿Sabías que el Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en las personas mayores de 50 años?
Se trata de un trastorno del sistema nervioso que afecta el movimiento y provoca temblores, rigidez, lentitud y problemas de equilibrio y coordinación.
El Parkinson se debe a la pérdida de neuronas que producen dopamina, un neurotransmisor esencial para el control motor. Aunque no tiene cura, existen tratamientos que pueden aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.
En Paz Mental, te ofrecemos una atención integral y especializada para el Parkinson y sus complicaciones. Contamos con un equipo de expertos en neurología, psiquiatría, psicología y geriatría que te brindarán un diagnóstico certero, un tratamiento personalizado y un seguimiento continuo.
Te apoyamos con terapias, estimulación cognitiva y apoyo emocional para ti y tu familia.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno crónico y progresivo del sistema nervioso que afecta principalmente al movimiento. Se produce debido a la degeneración de las células nerviosas en una parte del cerebro (los ganglios basales) que controla el movimiento.
Estas células nerviosas producen una sustancia química cerebral importante llamada dopamina. Cuando las neuronas mueren o se deterioran, producen menos dopamina, lo que provoca los problemas de movimiento asociados con esta enfermedad.
La enfermedad de Parkinson ocurre cuando las células nerviosas (neuronas) no producen suficiente cantidad de una sustancia química importante en el cerebro conocida como dopamina. Los signos y los síntomas más comunes de la enfermedad de Parkinson ocurren cuando las células nerviosas en los ganglios basales se deterioran o mueren.
Los científicos aún no saben qué causa la muerte de las neuronas. Algunos estudios indican que la enfermedad puede ser causada por una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida.
La enfermedad de Parkinson generalmente se presenta por primera vez después de los 60 años en la mayoría de las personas. Sin embargo, la enfermedad se inicia antes de los 50 años en alrededor del 5% al 10% de los casos. Esta forma de inicio temprano es hereditaria pero no siempre.
La edad promedio para su aparición es de 60 años, pero alrededor de un 10% de las personas son diagnosticadas antes de los 50.
Los síntomas de la enfermedad de Parkinson varían según la persona. Los primeros síntomas pueden ser leves y pasar desapercibidos.
Los síntomas principales incluyen temblor en las manos, los brazos, las piernas, la mandíbula o la cabeza; rigidez muscular; lentitud de movimiento; y deterioro del equilibrio y la coordinación. Otros síntomas pueden incluir cambios en el habla, pérdida de los movimientos automáticos, cambios en la escritura, y problemas con el sueño y la memoria.
Aunque la enfermedad de Parkinson en sí misma no es terminal, las complicaciones derivadas de la enfermedad pueden ser letales. Las personas con Parkinson pueden morir debido a los efectos secundarios que aparecen durante el período debido al empeoramiento de la enfermedad de Parkinson.
Las complicaciones respiratorias, en especial la neumonía, lesiones derivadas de caídas, y desafíos ligados al deterioro físico y mental son causas habituales de fallecimiento entre estos pacientes.
El tratamiento de la enfermedad de Parkinson se basa en los antecedentes médicos, una revisión de los síntomas y un examen neurológico y físico. Los medicamentos son la piedra angular del tratamiento del Parkinson. Entre los medicamentos que puede recetarte el equipo de atención médica se incluyen: Carbidopa y levodopa (Rytary, Sinemet, Duopa, otros).
La levodopa, el medicamento más eficaz contra la enfermedad de Parkinson, es una sustancia química natural que entra en el cerebro y se convierte en dopamina.
Los cuatro principales fármacos o clases de fármacos que tienen actividad contra los síntomas de Parkinson son: Inhibidores de la monoamino oxidasa tipo B (MAO B) (rasagilina, safinamida y selegilina), Amantadina, Agonistas de la dopamina (bromocriptina, pramipexol, ropinirol y rotigotina), y Levodopa-carbidopa.
Para prevenir el Parkinson se pueden establecer ciertas pautas, aunque la efectividad no es total. Llevar un estilo de vida sano -dieta, ejercicio físico- y la detección temprana son dos de los elementos más importantes.
Algunos cambios en el estilo de vida que podrían prevenir el mal de Parkinson incluyen el consumo de té verde, una dieta equilibrada, realizar actividad física frecuentemente, y evitar la exposición a toxinas.
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